...hoy, leyendo un blog de ésos a los que llego quién sabe cómo, me interesó una historia. Estaba más o menos bien narrada, más o menos bien escrita, tenía cierta gracia y, en general, mantenía la tensión. "Estos blogueros no son del todo malos", pensaba yo con algo de soberbia. Todo el tiempo buscaba errores en la escritura; a veces creía encontrarlos, en el ritmo, en la pintura de personajes o de situación... Sabía que tarde o temprano el inexperiente escritor y pretencioso bloguero iba a fallar. Al final de la historia, encontré una firma: Adolfo Bioy Casares. Era un cuento de Bioy, uno de mis escritores favoritos...
(Moraleja: el hábito no hace al monje, pero ¡cómo lo ayuda! Si yo no hubiera encontrado ese nombre al final, seguramente habría mantenido el ánimo crítico -criticón- hacia ese buen cuento).
miércoles, marzo 23, 2005
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1 comentario:
Me has hecho carcajearme con el post.
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