domingo, abril 23, 2006

Del discutible (porque todo lo es) "Decálogo del perfecto cuentista"...

... del escritor uruguayo Horacio Quiroga:

IX
No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.
Sí, es lo mejor que puede uno hacer. Y es el mejor punto del decálogo, en mi opinión.
Reléanlo varias veces, todas las que sean necesarias.

7 comentarios:

Paralelo 49 dijo...

Ese que señala es muy bueno y aquí dejo este que me dió que pensar:

No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.

(No sé si lo acabo de entender...)

Fue interesante el apunte que nos dejó. Gracias

Gonzalo Paredes dijo...

Estas cosas hay que pensarlas mucho, estimada Paralelo 49.

Yo creo que es cierto: no adjetivemos sin necesidad. Y agrego: no usemos sustantivos sin necesidad, no usemos verbos sin necesidad, no usemos puntos, comas ni punto y comas sin necesidad, no usemos adverbios sin necesidad...

Estemos al servicio de lo que queremos decir.

Buenas tardes.

Zauberlehrling dijo...

Controlar las emociones siempre me ha parecido acertado en unas circunstancias y terriblemente perjudicial en otras: Lo aprendí de Dorian Gray.

Saludos.

Gonzalo Paredes dijo...

Sí, pero Quiroga no propone el control de las emociones, sino la necesidad del paso del tiempo, de una cierta distancia respecto a una emoción experimentada para volcarla correctamente al texto.
No escribir bajo el imperio de la emoción=No escribir mientras la emoción te domina.

Zauberlehrling dijo...

Quizás se debe escribir cuando se sienta el deseo... Aunque Quiroga podría estar en lo correcto. Saludos.

Maqui & Violetas dijo...

Varias veces he escrito dominada por la emoción... y al releerlo evoco el momento. Es al revés de lo que dice el decálogo.
Creo que me falta harto camino por recorrer.

Gonzalo Paredes dijo...

Es que Quiroga habla sobre una conveniencia, sobre una condición para lograr un buen resultado literario... No dudo que alguien que escribe dominado por la emoción, al releer lo escrito evoque el momento. Sí, claro. Pero ¿un lector cualquier, al leer ese texto, recibirá esa emoción? ¿Le llegará? ¿O es necesario generar una estructura literaria que represente bien a esa emoción, de modo de trasmitirla?
A eso apunta Quiroga.

Saludos...